No se si será por que crecí en Chile, donde la Navidad se celebra en verano con 30°C, o si será por que mi familia no es religiosa, o simplemente por que „el nuevo continente“ tiene cualidades diferentes a lo que son las tradiciones milenarias del viejo continente… pero yo jamás había escuchado sobre los Advientos hasta que viví mi primer invierno Alemán.

Aún me acuerdo de mi primer Noviembre en Alemania, frío, gris y sin follaje en los árboles. Un mes muy feo comparado al Noviembre de Chile, donde el calor llega para quedarse y da cabida a las terrazas llenas y noches de bohemia. Y por lo tanto, Noviembre en Alemania es bastante deprimente… hasta el primer Adviento, cuando cambia el panorama por completo.

El término Adviento viene del latín (adventus) y significa „llegada“, con él empieza el nuevo año litúrgico en las iglesias cristianas. Son cuatro Advientos y corresponden a los cuatro domingos anteriores a la Navidad. Los advientos llegan cargados de tradiciones, ritos, comidas y bebidas especiales pasar el frío y engordar.

El primer gran cambio que se percibe es en la fisionomía de las ciudades alemanas. Las calles se llenan de luces navideñas y a pesar de que a las 16:00 ya es de noche, la increíble iluminación de navidad le sube el ánimo a todos. Las plazas se llenan de mercados de navidad, con sus tienditas, comidas y vino caliente. Y por supuesto, con las luces y los mercadillos llega el magnífico espíritu de navidad, las ganas de juntarse y compartir.

Los mercados de navidad datan del siglo XV y el más antiguo fue el de Dresden, él cual hasta el día de hoy sigue siendo uno de los mercados más lindos de Alemania. Todas las ciudades en Alemania tienen por lo menos un gran mercado de navidad y las grandes ciudades pueden tener docenas de ellos.

Berlín es quizás la ciudad con más mercados de Navidad en todo Alemania, ya que alberga a más de 50 mercadillos desde la periferia occidental, cruzando por los tres centros principales de la ciudad, para llegar a los mercados de la periferia oriental. Algunos de estos mercados son sólo de fin de semana y otros están abiertos desde el primer Adviento hasta el 24 de Diciembre.

Mis mercadillos favoritos:
En la periferia occidental está en barrio de Spandau, su centro histórico se convierte en uno de los mercadillos más grandes y bonitos de la ciudad.
En pleno centro occidental, en torno a la Iglesia del Recuerdo (Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche) se encuentra uno de los mercadillos más visitados de Berlín. Con 170 puestos, allí se puede probar desde salchichas de todo tipo hasta lo que yo considero el mejor Glühwein (vino caliente) de Berlín.
La hermosa plaza de Gendarmenmarkt, en el centro histórico de Berlín, se convierte en el mercadillo más exclusivo de Berlín. En este mercado de navidad pueden encontrar todo tipo de delicias culinarias, artículos artesanales, decoración de navidad y los mejores Stollen traídos desde Dresden.

Y así es como el deprimente Noviembre se transforma y da paso a una de las fiestas más ricas en sabores, olores y calorías del año.